miércoles, 11 de diciembre de 2013

¿Qué es arte?


Esta obra de arte (¿) de Wolf Vostell se llama “¿Por qué el proceso de Pilatos y Jesús duró solo dos minutos?”…
Cada vez que llevo a mis alumnos al Museo Vostell de Malpartida, algunos tardan mucho menos de dos minutos en decidir que lo que allí se ve no es arte. Sobra decir que si llevara a un grupo de adultos no serían algunos, sino casi todos los que exclamaran con suficiencia: "¡Esto es una tontería!". Cuando ocurre esto me vienen unas ganas locas de arrodillarme ante quien así habla y rogarle que me explique cómo ha logrado saber que lo que ve no es digno de llamarse “arte”. ¿Cómo no va a saberlo quien se atreve a opinar con tanta firmeza?... Pero no, no lo sabe: cuando oigo sus explicaciones (cuando las da) toda mi ilusión se desvanece (en mucho menos de dos minutos)…

Así que: ¿Qué es el arte? ¿Cómo podemos distinguir una obra de arte de una majadería? ¿Alguien me lo puede explicar?... Como algunas respuestas ya me las han dado muchas veces, y no quiero que caigáis en la tentación de resolver este asunto de un plumazo, comenzaremos quitando de en medio algunas de ellas.

1. Arte no es lo cada uno considera arte. Si así fuera, cualquier cosa podría ser “arte”, y a la vez no serlo, con lo cual carecería de sentido toda discusión sobre el arte (Yo tendría toda la razón al considerar arte cortarme la oreja –o cualquier otra cosa—, y tú también la tendrías al considerar que no lo es). La verdad es que ni siquiera tendría sentido emplear la palabra “arte”, pues carecería de un significado común (¿Tendría sentido emplear una palabra cuyo significado fuera distinto para cada persona que la emplea?).


2. Arte no es lo que la mayoría considera “arte”. Igual que antes: si así fuera todo podría ser “arte” y no serlo (bastaría con que la mayoría así lo conviniese). Además, tanto en el caso anterior como en este, siempre cabe la pregunta: ¿Por qué considera la mayoría que tal cosa es arte y tal otra no?

3. Arte no es, sin más, lo que nos gusta. También nos gusta que nos rasquen la espalda, o tener la casa limpia, y dista de estar claro que esas dos cosas sean obras de arte. Además, suponiendo que arte fuera "lo que nos gusta", aun tendríamos que responder a las preguntas: ¿por qué nos gustan unas cosas y no otras? ¿Qué significa que algo "nos guste"?

4. Arte no tiene porque ser lo que nos emociona. También nos emociona un incendio o que nos llamen el día de nuestro cumpleaños, y, de nuevo, no está nada claro que todo eso sea arte.

5. Arte no es lo que es único y original. Cada mosquito que viene al mundo es único o decidir usar la energía atómica para fabricar bombas también parecen ser cosas originales y creativas. ¿Son los mosquitos o las bombas nucleares "obras de arte"?

6. Arte no es lo que supone mucho trabajo y está bien hecho. No solemos considerar a un ingeniero que diseñe autopistas, o a un cirujano que haga trasplantes como artistas (a no ser en un sentido muy metafórico).

7. Arte no es lo que es bello y punto. Quizás no este mal equiparar arte y belleza (aunque hay quien defiende que puede haber arte en lo feo). Pero, en cualquier caso, eso no hace más que lanzarnos a otra pregunta igual de difícil: ¿qué es lo bello?…


Así que una de dos, o me contestáis a la pregunta de ¿qué es arte?, o me contestáis a la pregunta ¿qué es bello?




Las imágenes son:
(1) "¿Por qué el proceso de Pilatos y Jesús duró solo dos minutos?", de Wolf Vostell.
(2) "Mierda de artista", de Piero Manzoni.
(3) "Fountain", de Marcel Duchamp.
(4) Foto de Croqueta titirimundi.

lunes, 2 de diciembre de 2013

Discotecas divinas y laboratorios mundanos. ¿Qué diferencias hay entre la religión y la ciencia?


Oscuridad y luces parpadeantes, música (un "chill out" a base de órgano y voz), un olor muy especial (a incienso, claro), palabras misteriosas y poéticas (no en inglés, pero a veces en latín) que se repiten, rítmicamente, como un mantra, como un rezo... A veces (en algunas "discotecas" sagradas) un animador o varios que bailan frenéticamente, como posesos... ¿Es para entrar en trance o no?...



Los ritos religiosos parecen tener como finalidad excitar las emociones (entusiasmo, temor...), generar sensaciones impactantes (incluso visiones y fenómenos por el estilo), y, desde luego, fortalecer la fe (ese modo de creernos algo por pura y ciega voluntad). El objetivo del ritual parece ser el de "purificar" a los fieles de su entendimiento racional, liberarlos de su razón. Porque a veces la razón (el pecado de querer saber por su cuenta y riesgo) es lo que separa al hombre del Creador. Una vez purificado, el creyente está preparado para recibir a Dios y a su Verdad revelada a través de la fe, la emoción, la visión...

Cambiemos de escenario: luz abundante y clara, silencio, un olor a desinfectante, palabras para nada poéticas entre un grupo de personas que discute y consulta sus ordenadores... No es una iglesia, es un laboratorio o aula. Los científicos intentan ser objetivos en su trabajo, de lo que han de "purificarse" no es de su razón, sino justo lo contrario: de la mera fe o creencia ciega, de las emociones particulares de cada uno, de sus subjetivas visiones del mundo... El objetivo no es recibir la Verdad revelada por Dios, sino descubrir la verdad desvelándola mediante la razón...



¿Tienes claras las diferencias entre religión y ciencia (entre saber irracional o racional)? Responde, si puedes, a estas preguntas:
1. ¿En qué crees que pueden parecerse la religión y la ciencia?
2. Ambas buscan la verdad, pero no del mismo modo. ¿De qué dos modos distintos buscan la verdad la religión y la ciencia? ¿Alguno de ellos te parece más apropiado? ¿Por qué?
3. Hay científicos que son, a la vez, creyentes religiosos. ¿Cómo explicas esto?

lunes, 25 de noviembre de 2013

¿Puede un ciego de nacimiento saber lo que es el color azul?


Los micrófonos ocultos de la Caverna captaron hace poco esta conversación entre un Empirista (E) y un Racionalista (R). A ver que os parece.

E: ¡Los datos, los hechos, el experimento bien hecho! Gracias a todo eso el conocimiento ha avanzado a pasos de gigante desde la revolución científica del XVII hasta nuestros días.
R: Es decir, que las ideas verdaderas son las que se corresponden con los datos, vamos, con lo que vemos.
E: Básicamente sí. En la ciencia también se razona y se deduce, pero la piedra de toque para verificar una teoría científica es que sus predicciones se correspondan con los datos observables. Es decir, que el astrónomo (por dar un ejemplo) diga que tal cometa va a pasar por el cielo tal día a tal hora y… ¡pase!
R: ¿Y cómo estás tan seguro de que esta concepción empirista de la verdad es la verdadera?
E: No te entiendo.
R: Sí. Tú dices que lo verdadero es lo que coincide con lo que ves. ¿Pero cómo sabes que esto mismo es cierto? ¿Por qué crees que sólo es creíble lo que ves? ¿Ves también eso? ¿Se ha demostrado con algún experimento que los experimentos son la forma adecuada de averiguar la verdad?
E: No es necesario. Tú, como yo, aceptamos que la verdad es la correspondencia de nuestros pensamientos con la realidad. Y la realidad es este mundo que vemos. ¡Es de sentido común!
R: Bueno, eso que tú llamas de sentido común yo lo considero, más bien, una teoría sobre la realidad. Y no hay que aceptarla sin más. Pero dejemos ahora eso. ¿Qué ocurre con las verdades matemáticas o lógicas, como que dos más dos son cuatro? ¿También estas verdades dependen de la experiencia, de lo que vemos o experimentamos?
E: Este es un asunto complejo. Pero yo diría que sí. Los conceptos matemáticos son una generalización a partir de nuestra experiencia con las cosas físicas. Percibimos cosas distintas pero a la vez similares (por ejemplo, distintos árboles o pájaros), y de ahí obtenemos el concepto de cantidad o número: dos árboles, tres pájaros… Y con la geometría igual: dicen los historiadores que nació en Egipto y Babilonia, por la necesidad que tenían allí de medir con exactitud las parcelas agrícolas… Todo conocimiento es "a posteriori", posterior a la experiencia.
R: No sé qué pensar. Todas las verdades que surgen de la experiencia son probables.
E: ¿Cómo probables?
R: Sí. Dependen de lo que observamos en el mundo físico, ¿no? Pero el mundo físico es cambiante, por lo que ninguna verdad será para siempre verdadera. Sólo podremos decir que, de momento, las cosas ocurren así, pero: ¿Y mañana?...
E: Cierto. Todas las verdades son probables.
R: Incluso la verdad de que toda verdad es probable debería ser, según tú, probable, y también ésta última, y ésta, y… ¿Hasta que el conocimiento sea absolutamente improbable?...
E: Eso me parece una exageración o, peor aún, una idea sin fundamento empírico.
R: Tal vez. ¿Pero de veras crees que las verdades matemáticas son sólo probables? ¿Sería posible concebir o imaginar un mundo en que dos más dos fueran cinco?... Por otra parte, dices que aprendemos los números a partir de la experiencia de ver cosas distintas y a la vez similares. Dejando el tema de cómo algo puede ser distinto y a la vez similar, ¿no te parece que para ver cosas, dos o tres o las que sean, hace falta ya conocer de alguna manera los números?
E: ¿De qué manera? ¿Insinúas que los bebés vienen al mundo sabiendo ya aritmética? Eso me parece ridículo. Nacemos sin saber nada, y menos aún matemáticas. ¡Con lo difíciles que son!
R: Eso también me resulta difícil de creer. Si los bebes nacieran sin ninguna capacidad lógica, ¿podrían aprender algo? ¿Podrían entender la más mínima instrucción que se les diera? ¿Podríamos aprender algo a partir de cero?

E: Creo que tienes razón. Pero eso no obliga a asumir que sepamos matemáticas al nacer, ni que vengamos con “ideas innatas” al mundo. Simplemente, el cerebro humano cuenta con ciertos mecanismos con los que procesar la información desde que empieza a recibirla.
R: ¿Es entonces la lógica una especie de mecanismo cerebral?
E: Bueno, todavía se sabe muy poco sobre el cerebro. Pero tal vez. Digamos que el cerebro funciona de cierta forma, y a que a eso luego le llamamos "lógica".
R: Que funciona de cierta forma quiere decir que funciona según la lógica (llamésmole como la llamemos). ¡Pero me cuesta trabajo creer que las leyes lógicas estén ahí, entre las neuronas, obligándolas a comportarse de cierta forma!
E: Eso es una caricatura, me temo. Hace falta estar muy puesto en psiconeurología para discutir de esto.
R: Vale. Pasemos a otro tema. Si la verdad depende de lo que veo, la verdad sólo será mi verdad. Pues mis visiones o experiencias sensoriales son personales e intransferibles. El conocimiento empírico sería así, además de probable, muy subjetivo. ¿No crees?
E: No, no creo. Una observación empírica no es lo que ve un sujeto cualquiera, sino lo que ve un grupo de expertos, que se aseguran de estar viendo lo mismo.
R: ¿Y cómo se aseguran de eso? ¿Puedo yo meterme en tu mente para saber que estas viendo lo mismo que yo?
E: No, claro. Basta con que describamos todos con exactitud lo que vemos.
R: O sea, que al final la verdad no es la correspondencia con lo que se ve, sino con lo que interpreta un grupo de expertos que se ve.
E: Claro.
R: ¿Pero cómo sabremos si su interpretación es correcta?
E: Porque son expertos en su ciencia. Saben mucho.
R: Pero yo creía que decías que el saber depende del ver. Y ahora me dices que el ver depende del saber. Esto del empirismo no es nada fácil.
E: Saber y ver dependen uno del otro.
R: Ya. ¿Pero son igual de importantes? ¿Se puede ver sin saber? ¿Podríamos ver algo de lo que no tuviéramos ni idea?...
E: Habría que pensarlo. Seguramente no.
R: Sí, mejor pensarlo que verlo. Yo creo que es imposible ver algo de lo que no tengamos ideas previas.
E: ¿Volvemos a las ideas innatas y los bebes sabios?
R:… Y por otra parte, creo que se pueden saber muchas cosas sin verlas, y ni tan siquiera imaginarlas, como las ideas matemáticas. Es más, estaría dispuesto a plantear que incluso un ciego de nacimiento podría saber perfectamente lo que es el color azul…
E: ¡Imposible! Por mucha física de los colores que supiera, no se puede saber del todo lo que es el azul si uno carece de vista.
R: ¿Quieres decir que hay cosas que no se pueden entender sin verlas?
E: Pues sí.
R: ¿Y que, por tanto, entender y ver son cosas distintas o, si quieres, partes distintas del conocimiento?
E: Sí.
R: Entonces ver no es entender, o, si quieres, ver es una forma de conocer que no tiene que ver con la inteligencia y las ideas.
E: Así es.
R: ¿Y no te parece que esto desdice lo que decíamos antes: que no se puede ver nada si no es a partir de ciertas ideas e interpretaciones?

1. Resume los principales argumentos de E contra R.
2. Resume los principales argumentos de R contra E.
3. ¿Qué opináis vosotros: sabemos según lo que vemos, o vemos según lo que sabemos?
4. ¿Podría un ciego de nacimiento, que contara con una teoría perfecta acerca de los colores, saber igual o mejor que nosotros lo que es el color azul?

lunes, 18 de noviembre de 2013

El Día Mundial de la Filosofía en la radio.

Estos días celebramos el Día Mundial de la Filosofía. Por ese motivo fuimos a la radio para hablar de la filosofía y de su papel en la educación. Me acompañaron Lucía Zancada, de 2ºC, y una excompañera vuestra, Elena León, que ha comenzado a estudiar filosofía en la universidad. Nos hicieron dos entrevistas, pero solo tenemos grabación de esta. Gracias a Lucía y a Elena, a Chus Garcia de Canal Extremadura Radio, e Inmaculada Saavedra de Cadena Ser, que se portaron de maravilla con nosotros, y a Gema Ortiz por conseguirnos estas dos entrevistas...



Por cierto, sigue abierto el plazo (hasta el miércoles) para que enviéis vuestras ideas y pensamientos, frases, dibujos, chistes... sobre la filosofía (también vale a través de este blog).

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Dios, lógicamente, existe... ¿O no?


 Hablábamos hoy en clase de esa forma de saber, y de descubrir verdades, que consiste no más que en pensar. En pensar con lógica. Algunos saberes (la matemática, la filosofía…) es el "método" que emplean. Un pensamiento es lógicamente verdadero cuando lo contrario de ese pensamiento es imposible, es decir, impensable. Por ejemplo, pensad en el siguiente pensamiento: “Dos cosas iguales a una tercera son iguales entre sí”. Ahora probad a pensar lo contrario (que “dos cosas iguales a una tercera no sean iguales entre sí”). ¿A qué es imposible? Si lo intentamos, el razonamiento nos lleva inevitablemente a un absurdo, a una contradicción. También decimos que un pensamiento es lógicamente verdadero cuando se deduce correctamente (según ciertas reglas lógicas) de otros pensamientos lógicamente verdaderos. A propósito de esto, en el último ratito de clase, probamos a hacer una deducción lógica facilita: demostrar la existencia de Dios. A ver qué os parece.

Premisa 1. “Dios, por definición, es el ser absolutamente perfecto”
Premisa 2. “Un ser absolutamente perfecto, por definición, tiene que existir (pues existir es una perfección, y un ser absolutamente perfecto tiene todas las perfecciones posibles).
Conclusión. “Dios, por definición, existe (es decir: es algo más que una definición)”.



Esta es una versión rudimentaria del llamado “argumento ontológico” que han esgrimido algunos teólogos para demostrar por lógica (sin ayuda de la fe) la existencia de Dios. ¿Qué os parece? 

lunes, 11 de noviembre de 2013

¿Cómo andas de lógica?


Dicen los que saben que hay dos formas de saber las cosas (al menos, por este lado sensato o RACIONAL del saber): cerrando los ojos o abriéndolos mucho. Pensando o mirando. Mediante la lógica o mediante la experiencia. Pues bien, vamos a intentar experimentar ese tipo de conocimiento en el que el pensamiento se basta y se sobra a sí mismo: EL SABER LÓGICO (o puramente racional). Y nada mejor que practicarlo para empezar a entenderlo (para acabar de entenderlo, habría, además, que pensarlo, pero de la lógica de la lógica hablaremos en otro momento).

Os propongo DIEZ ENIGMAS LÓGICOS, de menor a mayor GRADO DE DIFICULTAD (El 1 es el más fácil, el 10 el más difícil). ¿Os acordáis de esos chismes de la feria en que uno da con una maza para ver hasta donde llega su fuerza? Pues aquí parecido: quiero que deis con la cabeza en estos enigmas a ver hasta donde llega vuestra habilidad lógica...  

(Nota: esto no es ningún ejercicio para nota sino un test de autoconocimiento, así que no tiene mucho sentido que miréis lo que ponen otros o que busquéis la soluciones por ahí, listillos).




ENIGMA 1 (Nivel primate). 
El señor López y su hijo Antonio iban en un coche. Tuvieron un accidente. El padre murió en el acto y el hijo quedó herido de gravedad y lo ingresaron en el hospital. Al verlo, el jefe del departamento de cirugía dijo: "Yo no le puedo operar. ¡Si es mi hijo Antonio!". ¿Cómo te explicas esto?



ENIGMA 2 (Nivel Homo Erectus)
Un enorme botín ha sido robado de un almacén. El delincuente (o delincuentes) ha (n) transportado los géneros robados en un coche. Tres famosos delincuentes, A, B y C, fueron conducidos a comisaría para ser interrogados. Se establecieron los siguientes hechos: (1) Nadie más, fuera de A, B y C, está implicado; (2) A no trabaja nunca sin contar con al menos un cómplice; (3) C es inocente. ¿Es B inocente o culpable?
 



ENIGMA 3. (Nivel Homo Neandertalensis) 
Una botella de vino costaba diez euros. El vino valía nueve euros más que la botella. ¿Cuánto valía la botella (por supuesto, la respuesta no es "un euro")?



ENIGMA 4 (Nivel Homer Simpson)
En El mercader de Venecia, de Shakespeare, Porcia tendía tres cofres –uno de oro, otro de plata y otro de plomo—, dentro de uno de los cuales estaba su retrato. El pretendiente tenía que elegir uno de los cofres y si tenía suerte (o inteligencia) elegiría el que tenía el retrato, pudiendo así tomar a Porcia por esposa. En la tapa de cada cofre había una inscripción para ayudar al pretendiente a elegir sabiamente. Imagina que las incripciones son las que siguen.
COFRE DE ORO : "EL RETRATO ESTÁ EN ESTE COFRE".
COFRE DE PLATA: "EL RETRATO NO ESTÁ AQUÍ"
COFRE DE PLOMO: "EL RETRATO NO ESTÁ EN EL COFRE DE ORO"

Porcia explicó al pretendiente que de las tres inscripciones solo una de ellas era verdad. ¿Cuál de los tres cofres debe elegir el pretendiente?


ENIGMA 5 (Nivel Homo Sapiens básico).  
Un hombre estaba mirando un retrato y alguien le preguntó: "¿De quién es esa fotografía?" A lo que él contestó: "Ni hermanos ni hermanas tengo, pero el padre de este hombre es el hijo de mi padre" ("El padre de este hombre" quiere decir, claro, el padre del que está en la fotografía). ¿De quién es la fotografía que estaba mirando el hombre?



ENIGMA 6 (Nivel sabio incipiente). 
El Señor Smith, un comerciante londinense, llamó al famoso detective Sherlock Holmes para denunciar un robo en su tienda. Se capturaron tres sospechosos, A, B y C, para su interrogatorio. Y se establecieron los siguientes hechos:
(1) Cada uno de los tres hombres, A, B y C, había estado en la tienda el día del robo, y nadie más había estado en ella ese día.
(2) Si A era culpable, entonces tenía un cómplice, y solo uno.
(3) Si B es inocente, también lo es C.
(4) Si dos y sólo dos, son culpables, entonces A es uno de ellos.
(5) Si C es inocente, también lo es B.

¿A quién inculpó finalmente Sherlock Holmes?


ENIGMA 7 (Nivel sabio medio).
El otro día vino a nuestra cueva un cavernícola, entre exaltado y pesaroso, y nos contó su problema. La verdad es que no supimos que decirle, a ver si entre todos le ayudamos. El problema es este:
1. Amo al menos a una de estas tres chicas: Montaña, MªCovadonga y Rocío de la Cueva.
2. Si amo a Montaña, pero no a Rocío, entonces amo también a MªCovadonga.
3. O bien amo a Rocío y a MªCovadonga o bien no amo a ninguna.
4. Si amo a Rocío, entonces amo también a Montaña.

¿A quién o quiénes ama realmente nuestro cavernícola?



ENIGMA 8 (Nivel Gran sabio oriental).  
Habéis de saber que los bellos e inteligentes príncipes hermanos Dª Luz Sofía y D. Lucio Eulogio De La Cueva, herederos del antiguo Reino de Cavernia, buscan novio y novia (respectivamente) y han dispuesto las dos siguientes pruebas a sus numerosos pretendientes:

Prueba 1. En uno de estos tres cofres (uno de oro, otro de plata y otro de plomo) están los anillos de compromiso, y para averiguar en cuál de ellos está, cada cofre tiene dos inscripciones, una verdadera y otra falsa:
Cofre de oro: (1) Los anillos no están aquí; (2) El joyero que hizo los anillos es un duende cavernés.
Cofre de plata: (1) Los anillos no están en el cofre de oro; (2) El joyero que hizo los anillos es un dragón de las profundidades.
Cofre de plomo: (1) Los anillos no están aquí; (2) Los anillos están en el cofre de plata.
¿En cuál de los tres cofres están los anillos?

Prueba 2. En uno de estos tres cofres está el regalo que deberéis ofrecer a vuestros futuros suegros (los Reyes de Cavernia). En cada uno hay dos inscripciones, en un cofre las dos son verdaderas, en otro las dos son falsas y en el otro una verdadera y otra falsa.
Cofre de oro: (1) El regalo no está aquí; (2) El regalo está en el cofre de plata.
Cofre de plata: (1) El regalo no está en el de oro; (2) El regalo está en el de plomo.
Cofre de plomo: (1) El regalo no está aquí; (2) El regalo está en el de oro.
¿En que cofre está el regalo?




ENIGMA 9 (Nivel Supersabio XL) 
Una vez soñé que había una isla llamada la Isla de los Sueños. Los habitantes de esta isla sueñan muy vivamente; de hecho, sus pensamientos son tan vivos cuando duermen como cuando están despiertos. Además, su vida en sueños tiene la misma continuidad de noche a noche como la tiene de día a día cuando están despiertos (Como resultado, algunos habitantes tienen algunas veces dificultad en saber si están despiertos o dormidos a una determinada hora). En esa isla cada habitante pertenece a uno de estos dos tipos: diurnos o nocturnos. Un habitante diurno se caracteriza por el hecho de que todo lo que cree mientras está despierto es verdad, y todo lo que cree mientras está dormido es falso. Un habitante nocturno es lo contrario: todo lo que cree mientras duerme es verdad y todo lo que cree mientras está despierto es falso... Pues bien, había una vez un habitante que creía que estaba dormido y que era diurno. ¿Qué le pasaba en realidad? ¿Estaba dormido o despierto? ¿Era diurno o nocturno?




ENIGMA 10 (Nivel Hipersabio Galáctico)
En un territorio apenas explorado de la Caverna habita una extraña tribu cuyos habitantes son básicamente de dos tipos: los cavernicuerdos (que siempe dicen la verdad) y los cavernilocos (que siempre mienten). Imagina que eres un miembro de esta tribu y que te enamoras de un o una joven guapísimo/a. Este/a joven tiene unos gustos un poco extraños: sólo quiere casarse con cavernilocos. Además, desea un caverniloco rico, no pobre (tanto los cavernicuerdos como los cavernilocos pueden ser ricos o pobres, no hay término medio). Casualmente, tú eres un caverniloco rico, pero tienes que convencer a la (el) joven de ello. Para hacerlo sólo puedes emplear una única frase simple (allí son así, sólo se comunican con una frase simple cada 10 años).
¿Con que frase la(lo) convencerías de que eres un caverniloco rico?

viernes, 8 de noviembre de 2013

¿Qué es (de verdad) la verdad?


¿Qué es la verdad? ¿Lo que veo, lo que siento, lo que creo, lo que entiendo?... ¡Este es uno de los problemas más verdaderos de la filosofía! ¿O no? ¿Sabéis distinguir lo verdadero de lo falso?

Antes de nada. Solemos llamar “verdad” a una cualidad de nuestros pensamientos (proposiciones) o de las frases (enunciados) con que los expresamos. Una proposición o enunciado tiene la cualidad de "ser verdadero” cuando lo que pensamos o decimos con él se corresponde con la realidad. ¿Pero cómo sabemos que se corresponde?

1. Porque se ve, dicen algunos. Sé que el enunciado “El delantero ha marcado un gol” es verdadero porque lo acabo de ver por televisión (o porque alguien que lo ha visto, y del que me fío, me lo ha contado).

2. Porque se siente con el corazón, dicen otros. Es como una especie… de emoción.  Sé que es verdad que “la película de ayer era muy bonita” porque me gusto mucho.  

3. Porque quiero creerlo, por un esfuerzo de voluntad, como la fe. Qué “Dios creó el mundo” es verdad porque lo creo, solo por eso (aunque no tenga “pruebas”, ni entienda demasiado cómo lo hizo).

4. Porque tenemos pruebas experimentales. Sé que es verdad que “el agua hierve a cien grados” porque hemos hecho muchos experimentos, cuidadosamente diseñados, en los que se ve como el agua hierve a esa temperatura.

5. Porque, después de pensarlo, lo entiendo como necesario (no puede ser de otro modo). “Dos más dos son cuatro” es verdad porque razono y concluyo que es imposible que dos más dos no sean cuatro.

Según hagamos caso a uno u otro de estos “criterios de verdad” (por cierto: ¿cuáles serán los “criterios” más verdaderos, y por qué?) podemos hablar de:

Saberes racionales. Son los que obedecen al criterio (5), (4) y, a veces, un poquito el (3). Los que solo aceptan el criterio (5) son denominados “saberes puramente racionales” o “lógicos” (la filosofía se considera habitualmente como uno de estos saberes). Y los que siguen el criterio (5) y el criterio (4) (más, a veces, un poquito el (3)), se denominan “saberes empírico racionales” (son lo que llamamos “ciencias”).

Saberes irracionales. Son los que dicen obedecer los criterios (1), (2) y (3). Por ejemplo, lo que solemos llamar saber común o vulgar obedece a menudo el criterio (1). La gente piensa que nuestros juicios estéticos (sobre lo bonito y lo feo) obedece el criterio (2). Los dogmas o verdades religiosas obedecen, típicamente, al criterio (3).




lunes, 4 de noviembre de 2013

¿Es aceptable diseñar genéticamente a nuestros hijos?


Una de las características del animal que somos es la capacidad técnica. Podemos operar con el medio ambiente para producir objetos o procedimientos que favorecen nuestra supervivencia. Esto es también frecuente en otros animales (pájaros que utilizan piedras para romper huevos, monos que fabrican y usan palos para "pescar" termitas, etc.). Pero el caso del animal humano parece especial. Nuestra capacidad técnica es incalculablemente mayor que la de cualquier otro animal. Durante siglos, la técnica humana (la agricultura, la minería, la ingeniería, etc., etc.) ha logrado transformar radicalmente el medio ambiente (cambiando bosques por campos de cultivo, horadando montañas, cambiando el curso de los ríos...). Pero más aún, desde hace muy poco tiempo la relación entre la técnica, la ciencia moderna, y las empresas y Estados que se benefician de los nuevos descubrimientos, ha dado lugar a la "tecnología" o "tecnociencia". La tecnología actual nos dota de unas capacidades inauditas y que dan mucho que pensar. Una de ellas es la capacidad de diseñar genéticamente el físico de nuestros hijos. Sin embargo, éste y otros "adelantos" provocan un gran rechazo en la gente.
¿Por qué crees que se produce ese rechazo, en concreto al diseño genético de los hijos, y en general a todo lo que hoy promete la tecnología?

¿No es mejor que controlemos los rasgos físicos con que van a nacer nuestros hijos, en lugar de dejarlos al "azar" natural? ¿Por qué, si nadie deja al azar el aspecto, color, etc., del automóvil que va a comprar, va a dejar al azar el aspecto físico de algo mucho más importante, como es su hijo? ¿Por qué resulta tan escandaloso diseñar el cuerpo de nuestros hijos y no diseñar su "alma", que es lo que hacemos cuando los educamos?
 
¿Qué pensáis de esto? ¿Preferirías diseñar a vuestro hijo o mejor dejarle esto a la "naturaleza"? ¿Por qué sí o por qué no?

miércoles, 30 de octubre de 2013

¿Es la muerte un truco de magia?



La mayor parte de la gente piensa que la muerte es un mal inevitable ante el cual nada puede hacer la sabiduría. ¿Es esto cierto?

Quizás, al menos, el saber proporcione alivio. Epicuro, un viejo sabio griego, decía que el hombre jamás ha de preocuparse de lo que no puede hacerle daño, y la muerte –decía— no puede dañarnos pues cuando ella llega nosotros ya... no estamos. No es mal consuelo ¿Pero, de todas formas, es sólo consuelo lo que puede ofrecer la filosofía?

Pensemos por un momento lo que es la muerte. La muerte de algo o alguien significa que ese algo o alguien deja de existir, desaparece. ¿Pero es esto lógicamente posible? ¿Es posible que las cosas desaparezcan como desaparece un conejo en la chistera de un mago? Sí, es cierto, vemos cada día como los seres mueren (desaparecen) y nacen (aparecen), pero también vemos a los magos haciendo aparecer y desaparecer pañuelos en su mano y no nos fiamos, sabemos que es tan ilógico (que de donde no hay surja lo que hay y al revés) que sabemos que hay truco (aunque no sepamos cuál). ¿Por qué no pensamos lo mismo con la muerte (o el nacimiento)? ¿No es acaso la muerte igual de ilógica que las ilusiones de un mago? ¿No será, entonces, que la muerte no es más que ilusión?


Por otra parte, creemos que la muerte solo puede afectar a los cuerpos (son ellos los que enferman, se desgastan, se rompen, etc.). ¿Pero son las personas algo más que cuerpos? Pensemos en nuestros pensamientos, deseos, sentimientos o sueños... ¿Serán cosas físicas y corpóreas? ¿Tiene volumen un deseo? ¿Cuánto creeis que medirá un pensamiento cuando piensa en la longitud? ¿Se pone el cerebro amarillo cuando imagino ese color...?... Algunos piensan que los fenómenos mentales no son más que el funcionamiento del cerebro (aunque no les resulta nada fácil responder a las preguntas que hemos hecho); otros piensan que la mente es algo distinto del cerebro y del resto del cuerpo, por lo que la mente estaría libre de la muerte, y también las personas, pues éstas se definen por su forma de pensar y de sentir, no por la forma de su cuerpo... ¿Qué os parece esto? Es un viejo argumento filosófico acerca de la inmortalidad del alma.


Finalmente, incluso si la mente no fuera más que parte del cuerpo, el conocimiento actual sugiere la posibilidad de vencer a la muerte. Podría ser, por ejemplo, algo como esto: imaginad que vamos substituyendo los órganos de un ser vivo conforme vayan deteriorándose (mediante una técnica hiperdesarrollada de transplantes). Quizás al cabo de muchísimos años hayamos substituído cada una de las "piezas" de su cuerpo por otra igual, y sin embargo, aunque todo su físico hubiera sido renovado, su estructura o forma seguiría siendo la misma, por lo que ese ser vivo sería prácticamente inmortal. ¿Qué os parece esta idea?... Los filósofos, sabios mucho más viejos que los modernos científicos, han dicho lo mismo desde hace siglos: la estructura, la forma de los seres, lo que concebimos como su esencia, es inmaterial y, como tal, inmortal. …



A ver qué pensáis:



1. ¿Qué te parece el argumento del "truco de magia"? ¿No podría ser la muerte algo falso, una especie de ilusión, como los trucos de un mago? ¿Estás de acuerdo? ¿Por qué?
2. ¿Es la muerte algo lógico o ilógico? ¿Y si fuera algo ilógico, puede existir lo ilógico?
3. ¿Crees que es la mente (tus pensamientos, deseos, emociones...) lo mismo que el cerebro o algo "más allá" del cerebro? Respondas lo que respondas, dí en qué razones o pruebas te apoyas.
4. ¿Qué te parece el último de los argumentos? ¿Podríamos lograr la inmortalidad substituyendo cada una de las "piezas" de nuestro cuerpo conforme se van estropeando? ¿Sí o no? (Y razona tu respuesta).
5. Algunos filósofos piensan que la muerte es, de alguna manera, lo que da sentido a la vida. ¿Qué crees tú?

Si pulsáis aquí tendréis la versión radiofónica de todo esto.

lunes, 28 de octubre de 2013

Dialoguillo de otoño sobre el sentido de la vida.


Otoño. Un recreo como tantos. Cali (de Calixto) y Sofía discuten después de una clase de filosofía. Al rato aparece Ágata, una compañera de otra clase.

Cali-... Venga, no me digas... No sólo estás todo el día encerrado en el Instituto estudiando como un enano, sino que encima viene el de filosofía y dice que nada tiene sentido y que qué hacemos aquí... ¡Pues que lo digan antes y no venimos!
Sofía -. Ese es un truco. Él quiere que pensemos y nos demos cuenta de lo guay que es estudiar. Típico.
Cali-. Eso es lo que fastidia. Encima quiere el tío que vengamos contentos.
Sofía -. O no. Lo que este quiere es que pensemos. Que lo de filosofía es de pensar, vamos.
C -. Sí, de pensar en la hora de salir, no te j...
S -. Pues no vengas tío.
C-. ¡Tú también con ese rollo! En la vida ha visto un profesor que te diga que no vengas si no quieres. ¡Pues que no venga él...!
S -. O sea que en el fondo sí quieres venir...
C-. J..., yo vengo porque tengo que venir. Porque si no mis padres pasan de mí... Mira, yo aguanto aquí dos años, y después me piro con mi primo, y montamos los dos un pedazo taller de motos. Voy a tener una cacho de burra que vas a flipar, colega. Y pelas a mogollón. ¡Y de fiesta de jueves a domingo, sin parar! ¡Playita, tías buenas...! Jajaja...
S.- Eres más simple que una persiana. ¿Vas a pasarte la vida de fiesta en fiesta?
C.- ¡Pues sí, con mis colegas! Nos hacemos unas juergas alucinantes. Y ligamos, marisabidilla, veinte veces más que tú...
S.- ¿Qué colegas? Si son los que yo conozco, solo saben hablar de fútbol. Y para ligar, te recuerdo, tienes que tener una pizca de conversación, y algo en la mollera que no sea calimocho...
C-. ¿Qué diiices?
S.- Qué tu y tus colegas sois menos interesantes que una patata...
C.- ¿Y tú qué, premio nobel? ¿Estás investigando la vida de los delfines? ¿Compones música? ¿Estarás filmando ahora mismo, supongo, una película genial?...
S.- Todavía no... Pero... Sí, me gustaría... No sé, levantarme todas las mañanas con la ilusión de hacer algo realmente valioso, y no simplemente pensando que me espera un trabajo aburrido y esperando que llegue el fin de semana ... Mira, leí una vez una frase, algo así como: “vivir no merece la pena, si no hay algo por lo que estés dispuesto a morir”.
C.- ¡Puff!... Eso es un rollo. Lo que hay que hacer es vivir a tope el momento y pasar de comerse el tarro. Como dice mi madre, para cuatro días que vamos a estar aquí...
S.- No te entiendo. ¿Vivir a tope es venir sin ganas al Instituto o al trabajo, mirar la tele e irse de marcha todos los viernes con los colegas? Así, un año tras otro... ¿Crees que cuando tengas cuarenta años no vas a pensar que has desperdiciado tu vida, y que no has hecho más que poner tornillos en el taller y beber cerveza?
C.- Y mantener a mi familia, ojo. ¿Es que eso no es suficiente?
S.- Para mí, no. Mucha gente tiene familia porque todo el mundo la tiene, por no estar sólo. O yo qué sé. Para que sus hijos tengan hijos y así una y otra vez, como hormiguitas, todos por el mismo camino...¡¡Eso no tiene sentido!!
C.- ¿Y lo que tú quieres hacer sí? ¿Para qué te vas a romper la cabeza haciendo cosas? Te vas a morir igual. Bueno, igual le ponen tu nombre a una calle, pero tú no te vas a enterar... Y cuando haya una guerra, o se acabe el planeta, ni calle vas a tener.
S.- ... Mira, ahí viene la Ágata. ¿Qué pasa, Aga, qué tal el examen de mates?
A.- Yo qué sé, no tengo muy buena impresión. ¿Y vosotros, de qué habláis, que os veía discutir desde lejos?
C.- ¡Del sentido de la vida, jaja!
A.- Hala, sí que os ha dado fuerte la filosofía, ¿no?
C.- Esta, que no sabe qué hacer con su triste existencia.
S.- De triste nada, melón. Lo que quiero es no ser un cacho ladrillo como tú...Hablaba de saber qué sentido tiene lo que hacemos, estudiar y todo eso. Y de qué me gustaría encontrar algo por lo que luchar y que diera significado a mi vida...
A.- Yo ya he decidido que voy a hacer medicina. Mi hermana ya ha empezado y dice qué es superduro pero mola tía, salvar a los demás y todo eso.
S.- Ya pero, ¿para qué? Al final van a morir también.
A.- Sí tía, pero los médicos cada vez saben más cosas. Y además yo quiero ayudar a los demás. Yo creo que sería feliz así...
C.- ¿Feliz? Vas a estar todo el día con enfermos deprimidos, rodeada de sangre y de gente gritando... Y además, como dice ésta, al final todo el mundo se muere.
A.- Sí, pero gracias a mi van a sufrir menos, y van a vivir más tiempo. Los médicos son más necesarios que cualquier otra cosa. Además, la mayoría acaban siendo buenísimas personas, y con mucha experiencia. Mi tío es médico jubilado y cuenta historias superbonitas; yo hasta lloro a veces...
C.- (Con ironía) Tía, qué buena vas a ser. Seguro que vas al cielo.
A.- Eso no lo sé. Pero si sé que Dios me ha puesto en este mundo para hacer el bien a los demás.
C.- Sí, hombre, que Dios está ahí arriba organizándolo todo desde su oficina... ¿Y eso como lo sabes?
A.- Ya estamos. No todo tiene explicación, Cali. Con estas cosas o se tiene fe o no. Y punto.
C.- Vale, pues yo no me creo esos rollos de curas. Paso.
S.- (Un poco cabreada) ¿Y por qué sigues aquí y no pasas de hablar con nosotras? ¿No dices que pasas de todo?... Pues venga...
C.- Bueno, tía, no te sulfures. ¿Qué pasa, que tu también le das al incienso y al agua bendita?
S.- No. Yo tampoco creo mucho en Dios. Y eso de que hizo el mundo en siete días, y que si el hijo crucificado, y la virgen... Buf. A mi al menos no me entra en la cabeza...Pero yo también creo, como Aga, que tengo que estar aquí para algo. Qué todo esto tiene algún sentido. El de filosofía dice que todo tiene que tener alguna explicación lógica.
A.- ¿Sí? ¿Cuál? Explícamela, anda.
C.- Macho, estáis flipando las dos. O sea: no me puedo creer que estéis teniendo esta conversación. Que no...



ACTIVIDADES
1. En el relato se plantea el problema del sentido de la vida. ¿Cómo le explicarías ese problema a un amigo tuyo (es decir, con tus propias palabras)?
2. En el diálogo se muestran tres actitudes distintas ante el problema del sentido de la vida. ¿Cuáles son? (Explícalas brevemente) ¿Con qué personaje relacionas cada una de ellas?
2. Inventa un personaje que se identifique contigo, ponle un nombre, y haz que intervenga al final del diálogo exponiendo su (tu) propio punto de vista CON TODOS LOS ARGUMENTOS DE LOS QUE SEAS CAPAZ.
Ejemplo: 
S.- Anda, mira quién viene por ahí. ¿Qué tal? ¿Qué te ha parecido a ti lo de la clase de filosofía, lo del sentido de la vida y ese rollo? ¿Cuál es el sentido de la vida para ti?
Tu nombre en el diálogo.- ......................................................

El enigma de la realidad. La teoría del "Big bang".

La teoría cosmológica estándar o teoría del “Big bang” afirma que el Universo es un gigantesco proceso que brotó como una gran explosión hace unos 13.000 millones de años a partir de una extraña "partícula" tan inconcebiblemente densa como pequeña.





La imagen más simple del "Big bang" comienza con una nada. No hay realmente nada, no hay espacio, ni tiempo, ni energía, ni materia...Pero esa nada parece tener un misterioso potencial de existir. Y "entonces", en ningún momento ni en ningún sitio, esa nada se convierte en Universo, estalla y comienza la expansión del espacio en el tiempo; toda la energía y, después, la materia, son creadas en ese estallido. En la primera minúscula fracción de segundo el universo se expande (se infla) a una velocidad de vértigo. Unos tres minutos después los átomos comienzan a formarse. Tras 5.000 millones de años se configuran las galaxias. En una de ellas, la Vía láctea, aparece hace más de 4000 millones de años nuestro planeta, y hace menos de 100.000 años nuestra especie. A través de ella el Universo parece haber dado lugar a su criatura más extraña: la consciencia de sí mismo...




La teoría del "Big bang" supone, no obstante, un gran número de problemas filosóficos... ¿Qué causó la “explosión” o emergencia del Universo? ¿Para qué? ¿Qué sentido tiene? Si el Universo es algo que aparece y desaparece, no puede ser él mismo la causa de su existencia (nada que "aparezca" puede hacerse aparecer a sí mismo). Pero si no tiene causa, entonces el Universo es fruto del azar o de la "nada", un "capricho" irracional, algo radicalmente incomprensible... Tal vez hay infinitos ciclos de universos que se expanden y se contraen, pero entonces: ¿Cómo hemos podido llegar a este en el que vivimos y pensamos nosotros (tendrían que haber transcurrido una infinitud de expansiones y contracciones antes de llegar a este universo en que vivimos, pero un infinito nunca acaba de transcurrir)? Además: ¿durante qué tiempo se suceden unos a otros los Universos? ¿En qué espacio se expanden y contraen?... Todo parece demasiado irracional. Pero si el Universo es tan irracional, ¿cómo es que puede explicarse racionalmente a través de las leyes físicas?... Por cierto: esas mismas leyes y teorías físicas: ¿Son también parte del Universo? ¿Son cosas físicas tal como las cosas físicas que ellas mismas explican? Si no lo son, ¿"dónde" están? Y si lo son, ¿cómo pueden aspirar a explicar la totalidad de las cosas si no son más que una minúscula cosa más en mitad del espacio y el tiempo?...

viernes, 25 de octubre de 2013

El sentido de la vida.



Hace muchos años, después de una clase sobre las teorías acerca del universo, un alumno esperó que todo el mundo se fuera y se acercó, se sentó frente a mi mesa, y sacando las palabras de algún lugar muy remoto de sí mismo, me dijo, mientras me miraba absolutamente aturdido: “Profesor...QUÉ RARO ES TODO”... La frase no era nada especial, pero sí lo fue la intensidad con que la dijo. Ese alumno no sólo estaba diciendo una frase, la estaba viviendo, padeciendo, estaba invadido por ella...Casi parecía que era la frase la que le estaba diciendo a él... Jamás se me olvidará la manera en que la dijo...


  
....Y a vosotros. ¿No os parece también raro todo esto? ¿De dónde ha salido este Mundo? ¿Por qué existe? ¿Para qué?... ¿Y nuestra propia vida? Nacemos y vivimos (según nos dicen) en el tercer planeta de una estrella perdida en un rincón de uno de los brazos de una de las miles de millones de galaxias, viajando a toda velocidad hacia los confines del Universo... ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Tenemos alguna misión especial en este mundo? ¿Qué pintamos aquí?...

Decía el filósofo José Ortega y Gasset que nuestra vida es como un “fenómeno deportivo”, un mero juego sin más sentido que el de jugar por jugar... Al fin y al cabo, para qué esforzarse seriamente en nada, si todo acaba en la nada de la muerte... Por eso decía otro filósofo (Jean Paul Sartre) que el hombre es una “pasión inútil”. ¿Estás de acuerdo? ¿Es inútil tu vida o tiene algún sentido? ¿Cuál?

Si queréis leer y escuchar algo más sobre el problema del absurdo y el vacío existencial, podéis leer y escuchar, en esta entrada, la entrevista que nos hicieron en Radio Nacional sobre este tema.

lunes, 21 de octubre de 2013

Taller de monstruos.



La falta de sentido y razón en las cosas las hace incomprensibles y extrañas, distintas a lo entrañablemente conocido y familiar. En otras palabras: las hace monstruosas... El monstruo es aquello cuya forma es tan extraña que nos resulta casi imposible identificarnos con él, y por eso nos parece una amenaza, algo totalmente opuesto a nosotros y, por tanto, terrorífico... 

Monstruoso puede ser el deforme, el engendro, el loco de imprevisible conducta...

O la propia naturaleza en su aspecto más salvaje e inhumano (un terremoto, el mar embravecido bajo la tormenta, una jungla oscura e impenetrable, o un inofensivo insecto que deja ver lo extraño de sus formas y movimientos)...
Más monstruosa aún es la conversión repentina de lo entrañable en extraño (lo que ocurre de noche bajo nuestra querida cama, el dulce pero malvado oso de peluche, el niño asesino o poseído, el rostro muerto de alguien que conocíamos, una conducta extraña, de repente, en quién menos lo esperamos...)...

Pero lo más terrible es siempre lo que, por ser tan “otro”, tan distinto y tan extraño a nosotros, es inimaginable, carece o cambia constantemente de forma (quizás lo situamos en la oscuridad, que es el reino imaginario de lo informe). Este monstruo está en todas partes y parece, por indefinible, imposible de vencer... A este monstruo, que no podemos ni nombrar, algunos le llaman "lo absurdo". Y de ello, de lo que no se puede hablar, hablaremos en próximas entradas... Pero antes, un ejercicio.


¿Será cierta esta teoría sobre lo monstruoso y terrorífico?... Me gustaría que me ayudases a ponerla a prueba. El ejercicio es el siguiente. Recuerda y cuenta tus peores pesadillas. Confiesa qué es aquello que te da más miedo. Inventa o recuerda el peor monstruo, historia o experiencia de miedo que puedas contar... Veremos entre todos si encaja o no en todo lo que hemos dicho. 

[Seria advertencia: la lectura de los comentarios de esta entrada no es recomendable para personas con problemas cardiacos o con las ideas demasiado claras acerca de lo que es el mundo...]

viernes, 18 de octubre de 2013

La píldora de la felicidad.


Imaginaos que soy el distribuidor de un nuevo medicamento (aún por legalizar, por lo que habría que llamarlo más bien droga) realmente alucinante, al que llamaré de momento "felicitina". Esta milagrosa sustancia se introduce en el cerebro de quien la toma, descubre allí lo que realmente le hace feliz y produce a continuación una alucinación en la que sucede todo lo que desea. Esta alucinación es perfecta, indistinguible de la vida real, como uno de esos sueños maravillosos de los que nos cuesta trabajo despertar. La píldora no produce efectos secundarios nocivos y es, de momento, gratuíta. Vuestro cuerpo permanecería sano y cuidado en una cámara de congelación. Y para vuestros padres y amigos crearíamos un clon idéntico a vosotros para que no os echaran de menos. Podéis probar con una primera dosis, cuyos efectos duran 24 horas. La segunda dosis tiene efectos para toda la vida. Y lo mejor: una vez que toméis la segunda dosis: ¡no vais a acordaros jamás de que habéis tomado la píldora y de que vuestra vida de ensueño no es más que una alucinación!... Pues bien (suponed que estáis completamente seguros de que la pastilla funciona y de que es verdad todo lo que os he dicho) ¿LA TOMARÍAIS O NO? (Y POR QUÉ)...


Los diez primeros que contestéis que sí recibiréis de regalo un lote de películas ("Un mundo feliz", "Matrix" y "El Show de Truman"), siempre que antes toméis la píldora y me enviéis vuestra nueva dirección virtual.



viernes, 11 de octubre de 2013

¿Qué es ser libre?


Crecer, ser como los mayores, tiene relación con ser libre y autónomo. 

Pero: ¿qué es ser libre? Está claro. Hacer lo que queramos, dentro de ciertos límites, claro (no puedo crecer quince metros, por ejemplo, por mucho que quiera). Pero aunque no lo podamos todo, siempre podemos querer más de una cosa: pasear o quedarnos en casa, venir a clase o no hacerlo, obedecer o no, vivir o morir, etc. En resumen: que siempre podemos elegir. Tal vez esto sea una ilusión, como decíamos en la entrada anterior, y realmente esté todo escrito, pero ilusoriamente o no, nunca dejamos de tener la experiencia de decidir. "Estamos condenados a ser libres", decía J. P. Sartre. 

Ahora bien, la cuestión interesante en relación al asunto de la libertad no es que podamos escoger (siempre podemos), sino más bien esta: ¿por qué escogemos lo que escogemos? ¿por qué queremos más unas cosas que otras?...Es obvio que (si no estamos locos) queremos lo que es mejor para nosotros, lo bueno. ¿Pero cómo sabemos lo que es bueno y nos conviene? ¿Por qué nos lo han dicho otros (los padres, los amigos, la publicidad, los profesores, los cuentos que nos contaban de niños y que nos siguen contando de mayores...)? Todos tenemos ideas, imágenes, ensueños... acerca de lo que es guay, bueno, chachipiruli... Pero esas ideas o imágenes, ¿son nuestras? ¿Las hemos elegido conscientemente nosotros? ¿O nos las han metido a traición en la cabeza?...Quizás esté aquí el meollo del problema de la libertad. Quizás somos libres no cuando hacemos lo que queremos, sino cuando sabemos y decidimos (por nosotros mismos) qué es eso que queremos... ¿Y tú? ¿Sabes por ti mismo lo que quieres, o quieres lo que otros quieren que quieras?


ACTIVIDADES

1. ¿Hay alguna circunstancia en la vida en que no podemos escoger entre, al menos, dos opciones?
2. Un filósofo del siglo pasado (Jean Paul Sartre) dijo que “el hombre está condenado a ser libre”. ¿Qué crees que puede significar esta frase?
3. ¿Es lo mismo "ser libre" que actuar "por capricho"?
4. ¿Puede uno escoger querer lo que quiere? ¿Somos libres para escoger lo que nos gusta?
5. ¿De qué depende que nos guste lo que nos gusta?
6. Tal vez queremos o nos gusta algo porque tenemos la idea de que va a ser bueno para nosotros. Ahora bien: ¿Tenéis ideas propias acerca de lo que es bueno querer? ¿O son prestadas (de vuestros padres, amigos, profesores, libros o películas favoritas...)? ¿Cuándo diríamos que nuestras ideas son nuestras y no inculcadas por otros?
7. ¿Sabés realmente lo que TÚ quieres y por qué lo quieres?
8. Después de pensar en todo lo anterior, dí: ¿crees que las personas somos libres? ¿Y tendría algo que ver esa supuesta libertad con ser más o menos sabio?