viernes, 1 de marzo de 2013

¿Tienen alma las piedras? El panpsiquismo o hilozoísmo.



Decían antiguos sabios que el alma (Psique) era una especie de ENERGÍA QUE ANIMABA A LAS COSAS, dotándolas de movimiento y DIRIGIÉNDOLAS A UN FIN: ser ellas mismas lo más perfectamente posible.

El alma era así como una fuerza o DESEO AMOROSO (Eros) pues, según decían, las cosas se mueven por el deseo de unión con aquello que les falta para ser perfectas. ¡Y eso es el amor¡ ¿O no?

¿Pero cómo se puede desear lo perfecto sin tener una cierta "idea" de la perfección? El alma no sólo sería un deseo de lo mejor, sino también un cierto CONOCIMIENTO DE LO MEJOR...

Los viejos mitos religiosos decían que las almas eran seres divinos que por algún motivo (no muy claro, la verdad) "cayeron" a la Tierra encarnándose en los cuerpos, en los que están como prisioneras. Cuando esas almas empiezan a recordar de dónde vienen se sienten "fuera de sí", inquietas, e intentan lograr la perfección que como seres divinos les corresponde. Y esa inquietud o deseo es lo que caracteriza a las cosas...

Toda cosa consiste, pues, en un tipo de actividad dirigida por un fin o ideal de plenitud. Las cosas son un deseo de ser lo mejor posibles. Y ESE DESEO Y ESE IDEAL ES SU ALMA.

A la teoría que afirma que TODAS LAS COSAS TIENEN ALMA se le conoce como HILOZOÍSMO o PANSIQUISMO. Más filosóficamente, esta teoría viene a decir que TODAS LAS COSAS TIENEN FORMA. Es decir, que cada cosa se caracteriza por su forma de moverse o comportarse en orden a un fin. Esta forma de ser es lo que da identidad a las cosas y lo que permite explicarlas. ¿Pero en qué consiste esta forma o “alma” y de qué manera está en las cosas?

Pensemos en un objeto sencillo, como una piedra. Como diría un físico, cada partícula suya está incesantemente moviéndose. Pero este movimiento no es azaroso, más bien parece dirigirse a un fin: lograr que la piedra sea ella misma lo más perfectamente posible. El movimiento ordenado de sus átomos es la estructura de la piedra, su forma o identidad. Pero dicho movimiento no sólo está dirigido a la permanencia de la piedra (resistiendo al tiempo y a los factores que las desgastan); está, a su vez, orientado por un fin o ideal modélico (las leyes de la física) al que el comportamiento de la piedra tiende a ajustarse. Podríamos decir, incluso, que la actividad de la piedra expresa la forma más básica del amor: el amor de un cuerpo por sí mismo...



Veamos ahora el caso de un ser vivo, un animal, por ejemplo. El movimiento del animal es más complejo, pero se dirige al mismo fin que la piedra: mantener y perfeccionar su ser. Además de mantener la estructura corporal (autorregulación), el animal se mueve para duplicarla y mejorarla mediante la reproducción. Toda esta actividad está gobernada por un ideal o modelo (descrito por las leyes biológicas). El amor animal es el deseo de unión con lo que le mantiene y acrecienta (el alimento, etc.) y con lo que le permite permanecer y perfeccionarse a través de su descendencia (mediante la unión sexual con otros, por ejemplo)...

El caso del hombre es mucho más complicado, pero en esencia es lo mismo. El humano se mueve para realizarse plenamente como ser humano, según el ideal que representan sus principios morales (su ideal o modelo de persona). Para ello, más allá del amor corporal (autorregulación y reproducción), busca la unión con otras “almas” a través de proyectos comunes y, sobre todo, de la comunicación y las ideas compartidas. La identidad y perfección de lo humano está en la actividad cultural y las ideas, en la mente más que en el cuerpo. Según Platón, el hombre logra permanecer (venciendo al tiempo) y perfeccionarse en el contacto con lo eterno de las ideas. Este contacto es el conocimiento. Por ello, la actividad más propia del ser humano es el amor por el saber: la filosofía…

5 comentarios:

  1. Yo creo que las piedras en este caso no tienen alma porque por algún motivo son inertes no?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Son inertes, Ricardo. ¡Pero se mueven (por dentro, sus átomos y partículas! Y si se mueven, ¿se mueven para algo, no? Tienen dentro un movimiento que parece dirigirse a un fin: al fin de ser piedras, de seguir siéndolo. No de cualquier manera, sino a la manera de las leyes de las piedras (las leyes físicas), "como si" esto fuera su ideal (el ideal de piedra). Moverse para ser lo que se es según un cierto ideal... ¿No es eso lo que caracteriza a la piedra? ¿No es es eso el "amor que mueve al mundo (y, también, a las piedras)?

      Eliminar
  2. A ver ya lo he dicho por muy convincente que sea esta teoría, solo te explica al igual que el emergentismo el que no te explica porque ni como surgen y también se le escapa lo mismo: ¿como están unidas? ¿que las une? porque si las une algo algo las diferencia y si las diferencia algo ese algo tiene que ser distinto entonces ya hay tres cosas y esas tambien hay que diferenciarlas. Es imposible, yo las teorías dualistas las veo imposible porque a todas se les escapa el que las une.

    ResponderEliminar
  3. Marian. Tu objeción es insuperable. Aunque a muchos filósofos les parece aún más insuperables las dificultades de las teorías monistas. ¿Cómo va a ser todo "uno", si ya, al pensarlo, supongo dos cosas: mi pensamiento de que "todo es uno" y yo, que lo estoy pensando?...

    ResponderEliminar
  4. la verdad yo a esto no le veo sentido ¿como una piedra puede tener alma? a que te refieres de que cambia de forma, la piedra no cambia de forma lo que le pasa a la piedra es que se va desgastando con la erosión de los materiales,antes se pensaba que las piedras no caian al suelo por el efecto de la gravedad si no por que deseaban estar unidos a la tierra u que las cosas se movian por deseos pero Galileo Galilei desmostro que se movian por leyes matemáticas ¿pero como sabemos que esto es verdad? puede que dentro de 200 o 300 años nazca un genia que traiga una nueva forma de ver las cosas y lo que pensó galieo

    ResponderEliminar