lunes, 18 de abril de 2016

Pienso, luego todo existe (cómo dejar de ser idealista sin dejar de existir)



Ya sabéis la vieja verdad cartesiana. Pienso, luego existo (lo que existe es mi mente pensante, claro, que es lo que más claramente soy yo). Esta verdad es indudable (si lo dudo ya estoy pensando, luego existiendo), por eso es verdad. ¿Pero es lo único indudable y verdadero? De ninguna manera.

En primer lugar, si pienso es que pienso algo (esto es igualmente indudable: si dudo que piense en algo es que estoy pensando en eso) ¿Pero en qué pienso? Supongamos que pienso en mi pensamiento (¿qué voy a hacer, si no existe nada más?) Esta suposición ya presupone una inevitable distinción en mi mente o pensamiento, la que hay entre el pensar y lo pensado. ¿Pero qué puede hacer esta distinción en mi mente? ¿Puede el pensamiento distinguirse de sí mismo? Sólo si hay otra cosa que no sea pensamiento.

Pero además, supongamos que no existiera más que mi pensamiento o mente pensante. ¿Qué distinguiría un pensamiento verdadero de otro falso?  Nada. Ningún pensamiento sería verdadero ni falso. Pues, ¿con qué contrastaríamos lo que pensamos si nada hay más que nuestro pensar? Si pienso que todo es pensamiento, eso será verdadero (pues no existe más que mi pensar). Pero si pienso que no pienso, también será verdadero (es lo que pienso). A no ser, en este último caso, que existan leyes lógicas según las cuales mi último pensamiento fuera contradictorio. Pero, en ese caso: ¿no habría algo más que mi pensamiento: las leyes de la lógica? Claro que alguien podría decir que la lógica es un invento de mi pensamiento. Pero, en ese caso, ¿cómo puede mi pensamiento, por sí solo, crear una cosa distinta de él? (Eso parece tan difícil como que el agua, por ejemplo, cree por sí misma los peces, o las leyes hidraúlicas). Además, las leyes lógicas parecen invariables en el tiempo, mientras que el pensamiento parece algo puramente temporal. ¿Podría ser que algo temporal crease algo intemporal?

Aplíquese este argumento al resto de las facultades mentales (la voluntad, los sentimientos...), si es que hay otras además del pensamiento (cosa que un idealismo consecuente no podría demostrar -pues, de nuevo, qué distingue unas facultades de otra en la mente, ¿la propia mente se distingue de sí misma?-). ¿Por qué habría de querer o sentir cosas distintas? ¿Por qué habría de experimentar frustración alguna de mis deseos, si todo lo que existiera fuera yo, es decir, mi mente? El mundo sería exactamente igual a mis deseos, lo cual no parece cierto, ¿no?... Alguien podría decir que en mi mente hay una parte inconsciente que no controlo y que hace que el mundo (el que crea mi mente) no sea como yo quiero (tal como ocurre en lo sueños). Pero, en ese caso: ¿qué distingue en mi mente lo consciente de lo inconsciente? De nuevo: ¿La mente se divide a sí misma? ¿Cómo?...

Así que, si pienso, existo; cierto. Pero si lo pienso más (insisto) existe también la lógica (¿Cómo iba a engañarme, sin ella, ningún genio maligno --o es que es posible mentir sin lógica--?). Y también el mundo (¿O por que otro motivo no ocurre todo lo que me gustaría que ocurriera?). E, incluso, quizás Dios, el ser perfecto. ¿O es que no duda mi mente? Y si duda, sin duda que es imperfecta. Pero ¿qué sería de lo imperfecto sin lo Perfecto? Nada. 

Así pues, resulta que nada de nada: todo existe (yo, la lógica, el mundo, Dios). ¿O no?


1 comentario:

  1. Descartes intenta explicar la existencia de Dios mediante una serie de pruebas. Estoy de acuerdo con lo que se dice al final del video, que en realidad lo que dice Descartes no son pruebas sino suposiciones que solo indican la necesidad de la existencia de Dios, pero no que exista realmente.
    Descartes dice "Pienso luego existo", es decir, la existencia va a depender de que se piense o no. Si se piensa se existe, si no se piensa no se existe. Si pensamos, es porque tenemos muchas dudas y muchas preguntas a las que intentamos buscar respuestas de una manera lógica y razonada. Este pensamiento nos dice que existimos y que esas preguntas nos las hacemos porque somos imperfectos, estamos llenos de dudas.
    Dios es la perfección, es ese ser perfecto que nunca tendrá dudas y por lo tanto no tendrá preguntas.Si no tiene preguntas no pensará y por tanto no puede existir. Conclusión: Dios no existe.

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